GREEN WORLD
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SISTEMAS DE REFRIGERACIÓN INDUSTRIAL CON AMMONIACO (NH3)
HABLEMOS
DE
AMMONIA.
¿POR QUE USAR AMMONIA ANHIDRO (R717)?
El desarrollo de los CFC (Clorofluorocarbonos) en Estados Unidos en la década de 1920 inclinó la balanza en favor de estos refrigerantes, ya que, en comparación con el resto de los refrigerantes utilizados entonces, los CFC se consideraban productos químicos inofensivos y extremadamente estables.
En ese momento no se podían prever las consecuencias que las ingentes emisiones de refrigerante tendrían para el medio ambiente. Los refrigerantes CFC se promocionaron como sustancias seguras, lo que hizo crecer su demanda y su éxito. Llegó a pensarse que estos refrigerantes habían sido un regalo divino hecho realidad por el hombre.
Debido al éxito de los CFC, el amoníaco se vio sometido a una fuerte presión; sin embargo, mantuvo su posición, sobre todo en grandes instalaciones industriales y en aplicaciones de conservación de alimentos.
En la década de 1980 se hicieron evidentes los efectos nocivos de los refrigerantes CFC y se aceptó generalmente que los refrigerantes CFC estaban contribuyendo al agotamiento de la capa de ozono y al calentamiento global, algo que dio como resultado finalmente el Protocolo de Montreal (1989), en el que la mayoría de los países acordó retirar gradualmente los CFC en un programa de duración determinada.
En vista de la gravedad de los daños provocados a la atmósfera de los peligros debidos a las emisiones de CFC/ HCFC, así como a los efectos del calentamiento global, las revisiones del Protocolo de Montreal (1990), 1992 (Copenhague) y 1998 Kioto, Japón exigieron un calendario acelerado para la retirada gradual. Había que retirar incluso los HCFC, y Europa se situó a la cabeza de la iniciativa.
En Europa, muchos países han dejado de utilizar los refrigerantes HCFC y, a su vez, en una serie de nuevas aplicaciones, se están considerando tanto nuevos refrigerantes como otros de uso contrastado y fiable, como el amoníaco y el dióxido de carbono.